"La excepción no confirma la regla"
Siempre me pregunté por qué la excepción confirma la regla. Me parecía (y me parece) que una regla sin excepciones es mucho más inatacable que otra que tiene alguna… o muchas. ¿Diremos acaso que cuantas más excepciones tenga una regla, tanto mejor confirmada está? Siguiendo por ahí, resultará que la regla más acorazada es aquella que sólo cuenta con casos adversos… Pero me callaba mis reservas, cuando oía a gente de lo más respetable asegurar con un cabeceo sentencioso: “ya sabes lo que dicen, la excepción confirma la regla”. Y yo, para mis adentros: ¿quién echó a rodar ese axioma ridículo? ¿y por qué? Hasta que, gracias al impagable Diccionario del diablo, de Ambrose Bierce, descubrí que lo que parecía un error y una bobada era, ¡oh, sorpresa!, un error y una bobada. Hay un dicho latino que establece exceptio probat regulam, es decir “la excepción pone a prueba —o compromete— la regla”. Algún tontaina tradujo mal hace siglos probat como “comprueba, confirma” y la rutina convirtió su ignorancia en sabiduría popular. Que seguimos repitiendo, tan orondos.
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