...y por ende, casi irracional (más incluso que el fútbol). La racionalidad implica el cumplimiento de ciertas reglas: es racional quien cumple las reglas. Pero los políticos, como los futboleros, lo que quieren es ganar a toda costa; ganar aunque sea incumpliendo las reglas, es decir, haciendo trampas, engañando, embaucando. ... La propaganda política, como la futbolística, se rige, no tanto por argumentos racionales, cuanto por eslóganes emocionales: su objetivo no es otro que el de convertir a sus simpatizantes en hinchas, es decir, en seguidores incondicionales y acríticos. [Un hincha es, según el DRAE, el "partidario entusiasta de alguien o algo, especialmente de un equipo deportivo".] ... A causa de la propaganda política, desplegada profusamente a través de los grandes medios de comunicación, cada vez más ciudadanos se están convirtiendo en hinchas, de manera que a la mayoría ya les da igual lo que hagan (o dejen de hacer) los líderes de sus respectivos partidos políticos: siempre les votarán; siempre considerarán mejor opción a uno de los suyos que a cualquiera de los rivales (aunque estén equivocados: el corazón no atiende a razones). ... (IGORPU- 13/06/2023)
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