...Es extraordinario el empeño que los humanos mostramos en dividirnos en hordas enfrentadas. En buscar siempre un enemigo que nos cohesione y nos defina. Al estar contra alguien se fomenta la unidad, la ilusión de pertenencia y de sentido. Es un espejismo, una mentira, pero funciona. Siempre ha sido así; el deporte, la música, la política, incluso las manifestaciones religiosas populares están llenas de forofos. ... Esta querencia viene de antiguo: romanos contra bárbaros, cristianos contra musulmanes, blancos contra negros (y contra rojizos y amarillos y tostados), inquisidores contra herejes y demás etcéteras. Pero me parece que ahora estamos en un periodo más álgido y oscuro. ¡Qué pena y qué miedo!
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