"...al ser humano nadie le da sus propiedades, ..."
...ni Dios, ni la sociedad, ni sus padres y antepasados, ni él mismo.
...Nadie es responsable de existir, de estar hecho de este o de aquel modo, de encontrarse en estas circunstancias, en este ambiente. La fatalidad de su ser no puede ser desligada de la fatalidad de todo lo que fue y será. Él no es la consecuencia de una intención propia, de una voluntad, de una finalidad, con él no se hace el ensayo de alcanzar un "ideal de hombre" o un "ideal de felicidad" o un "ideal de moralidad", ̶ es absurdo querer echar a rodar su ser hacia una finalidad cualquiera. Nosotros hemos inventado el concepto "finalidad": en la realidad falta la finalidad...
...Se es necesario, se es un fragmento de fatalidad, se forma parte del todo, se es en el todo, ̶ no hay nada que pueda juzgar, medir, comparar, condenar nuestro ser, pues esto significaría juzgar, medir, comparar, condenar el todo... ¡Pero no hay nada fuera del todo! ̶
...Que no se haga ya responsable a nadie, que no sea lícito atribuir el modo de ser a una causa prima, que el mundo no sea una unidad ni como sensorium ni como "espíritu", solo esto es la gran liberación, ̶ solo con esto queda restablecida otra vez la inocencia del devenir... El concepto "Dios" ha sido hasta ahora la gran objeción contra la existencia... Nosotros negamos a Dios, negamos la responsabilidad en Dios: solo así redimimos al mundo. ̶
(FRIEDRICH NIETZSCHE: "Crepúsculo de los ídolos" ... Alianza Editorial, 1975 ... pp. 69-70)